Materiales necesarios para revelar un carrete
en blanco y negro:
-
Un lugar con posibilidad de oscurecerse totalmente,
para cargar la película en una cubeta (o tanque) de revelado de
negativos.(es una especie de “bote” estanco a la luz, donde introducimos
la película y en el que vertemos los líquidos para su revelado).
-
Agua corriente.
-
Una cubeta o tanque para revelado de negativos.
-
Termómetro fotográfico (para la
tempertura de los líquidos y el agua).
-
Un reloj con segundero. (Es muy útil
que sea digital).
-
Tres recipientes para los líquidos.
Los mejores son las botellas de plástico oscuro con forma de fuelle;
en caso de necesidad, se pueden emplear frascos de café soluble
grandes o botellas de refrescos.
-
Una probeta grande (1 litro) o una jarra medidora
de las empleadas en cocina.
-
Una probeta pequeña o algo que nos sirva
para medir con exactitud pequeñas cantidades de líquido (por
ejemplo, una jeringa con capacidad de entre 5 y 25 cm3).
-
Cuerda y pinzas para tender los negativos (sirven
las de la ropa, conviene hacerse con un “peso” par colocarlo en el extremo
de la película de negativo, para que al secarse no se deforme y
nos quede bien estirado, puedes atar el “peso” a una pinza y ésta
a la película). Hay una pinzas especiales que sirven para secar
los negativos, aunque en un principio no son imprescindibles.
REVELAR
Explicación de las fases del proceso
de revelado de un negativo en blanco y negro
La emulsión de la película contiene
unas sales de plata (haluros) sensibles a la luz. Cuando se toma
una fotografía, la luz produce sobre la película unas débiles
transformaciones físicas constituyendo lo que se conoce como "imagen
latente". Se trata de una imagen muy débil que no es estable
a la luz. El proceso de revelado consiste en aumentar el efecto que
ha producido la exposición de la película a la luz y hacer
que sea estable, mediante su sometimiento a una manipulación química:
-
El revelador multiplicará miles de veces
el efecto de la luz.
-
El baño de paro detendrá el efecto
de¡ revelador cuando consideremos que éste es suficiente.
-
El fijador desensibilizará la película
para que la imagen no se vele y eliminará las sales de plata a las
que no haya afectado la luz.
Los productos químicos para el revelado
se comercializan de dos formas: en polvo o concentrados líqui-dos
para disolver en agua. Es mucho más cómodo trabajar
con los concentrados que preparar las disolu-ciones a partir de los productos
en polvo.
Las proporciones para la preparación
de las soluciones de trabajo varían según las diferentes
marcas y tipos de productos y también de las películas que
se vayan a revelar. Es fundamental leer y seguir atenta-mente las
recomendaciones incluidas en los prospectos de los productos químicos.
Revelar un carrete en blanco y negro es una
operación sencilla y mecánica, cuyo éxito está
garantizado siempre que sigamos los pasos escrupulosamente.
El éxito en el revelado se basa en el
control de cuatro factores: la dilución de los productos químicos,
el tiempo, la temperatura y la agitación.
-
La dilución: Es recomendable emplear
la indicada por el fabricante para la película qué se vaya
a revelar. Cuando se tiene cierta experiencia se puede experimentar
para modificar los resultados, pero guiándose siem-pre por informes
y sugerencias que se suelen encontrar en revistas y manuales fotográficos.
-
El tiempo: Los fabricantes de revelador
adjudican un tiempo determinado a cada tipo de película en función
del grado de dilución, de la temperatura y del contraste que se
quiera conseguir. Elíjase para comenzar la dilución
recomendada para la temperatura indicada en el folleto del revelador (generalmente
20º) y para un grado de contraste normal. Si se aumenta el tiempo,
la película se revelará más, es decir, el negativo
saldrá más oscuro, quedará sobrerevelado y será
más difícil obtener buenas copias. Si disminuye el
tiempo, el negativo quedará subrevelado y también será
difícil y, en ocasiones, impo-sible obtener buenas copias.
-
La temperatura: La mayoría de los
reveladores están pensados para trabajar a 20º grados.
Cuando la temperatura sube, las reacciones químicas son más
intensas, con lo que el tiempo para el revelado correcto se acorta.
Cuando la temperatura, baja las reacciones químicas son más
lentas, aumentando el tiempo necesario para el revelado. Por debajo
de los 14º, las reacciones químicas casi no tienen lugar. En la mayoría de los prospectos de los reveladores, se incluyen
tablas para saber cuánto hay que aumentar o disminuir el tiempo
de revelado si la temperatura es superior o inferior a la aconsejada.El
control exacto de la temperatura se efectúa con un termómetro
fotográfico. Este control es funda-mental en el caso del revelador;
en el caso del baño de paro y el fijador no es tan problemático
pudien-do oscilar un par de grados arriba o abajo sin que se presenten
problemas. Cuando no se puede regu-lar la temperatura del agua corriente
mezclando la fría con la caliente o no tenemos agua caliente, se
conseguirá un medio para calentarla, por ejemplo un infernillo.
En verano puede ser necesa-rio introducir el agua en la nevera durante
un breve espacio de tiempo para rebajar la temperatura. En ningún
caso deben introducirse productos químicos en la nevera pues puede
ser muy peligroso.
-
La agitación: Las moléculas
de las soluciones químicas van perdiendo sus propiedades en contacto
con la película. Es necesario agitar la solución para
evitar que el proceso se ralentice. El ritmo de la agitación
es muy importante, ya que si es muy rápido los tiempos pueden acortarse,
y viceversa. En el caso del revelador, téngase mucho cuidado,
procurando agitarlo según las instrucciones del fabricante (gene-ralmente
el primer minuto de modo constante y luego intermitentemente, cinco segundos
cada treinta). El baño de paro y el fijador no presentan tantos
problemas, basta con agitar de vez en cuando (por ejemplo, cinco segundos
cada treinta).
REVELADO DE UN NEGATIVO EN BLANCO Y NEGRO
Es muy sencillo si se siguen al pie de la letra
las instrucciones:
-
Una vez expuesto el carrete, se rebobina y se
extrae de la cámara.
-
Primero, habrá que entrenarse metiendo
un rollo de película estropeado en la espiral de la cubeta, siguiendo
las instrucciones del fabricante de la misma. Este entrenamiento
es crucial para evitar problemas cuando lo tengamos que hacer con la que
se pretende revelar.
-
En un lugar que se pueda oscurecer totalmente,
se comprueba que la cubeta está preparada y se quita la tapadera,
generalmente roscada, que la hace estanca a la luz. Se saca la espiral
y se coloca a mano. Se colocan unas tijeras junto a ella.
-
Totalmente a oscuras, se abre el carrete, cortando
el extremo de la lengüeta que se empleó para fijarla al eje
de la cámara. Para abrir los carretes tal vez haga falta ayudarse
de unas tijera de punta roma, pues la mayoría de los carretes vienen
termosoldados y no se pueden quitar las tapas.
-
Se introduce la película en la espiral
-
Se introduce la espiral en el eje de la cubeta.
Si la cubeta tiene espacio para más de una espiral, se coloca con
cuidado en el fondo, poniendo la otra encima aunque no se vaya a emplear.
-
Se coloca la tapadera y se enrosca bien.
-
Ya se puede encender la luz.
Se preparan los productos químicos
y terminamos el revelado:
-
El revelador disuelto, según las proporciones
que indique el fabricante, en agua a 20º. Para saber cuál
es la cantidad de solución de trabajo necesaria, daremos la vuelta
a la cubeta, pues suele venir indi-cado en el fondo de la misma.
-
El baño de paro: un taponcillo de ácido
acético o un chorrillo de vinagre en 1 litro de agua.
-
El fijador: según las instrucciones del
fabricante.
-
Se prepara la cantidad de solución de revelador
necesaria en la jarra medidora. Se comprueba la temperatura y se
echa en la cuba de revelado, quitando la primera tapadera (la que va a
presión) y sin abrir la segun-da (roscada) que es la que garantiza
la estanqueidad a la luz.
-
Se siguen las instrucciones del fabricante relativas
al tiempo (que varía según el revelador y la película)
y la agitación que generalmente suele ser continua durante el primer
minuto y, después, intermi-tente (5 segundos por cada período
de 30).
-
Una vez acabado el tiempo de revelado, se vierte
la solución reveladora por el desagüe o retrete (ya que la
mayoría son de uso único) e inmediatamente se llena la cubeta
con el baño de paro, que se manten-drá al menos 30 segundos,
agitando de vez en cuando.
-
Acabado el tiempo del baño de paro, se
vierte éste en una botella pues es reutilizable.
-
Se llena la cubeta con el baño de fijado.
Se mantiene el tiempo necesario según las instrucciones del fabricante,
agitando cada 30 segundos. Acabado el tiempo del baño de fijado,
se echa este en una botella pues también es reutilizable.
-
Se abre la tapa roscada de la cubeta de revelado
y se llena de agua, vaciándola dos o tres veces. Se mantendrá
bajo un chorrillo de agua al menos durante 1/2 hora.
-
Pasado el tiempo de lavado, se echan 5 c.c. de
agente humectante o unas gotas de lavavajillas a la última agua
de lavado, manteniéndola durante un par de minutos, pasados los
cuales se desecha sin volver a lavar la película.
-
Se extrae la película de la espiral y se
tiende en una cuerda, sujetándola con unas pinzas y colocando otra
abajo para que quede tirante. El lugar elegido ha de estar exento
de corrientes de aire y polvo para que este no se adhiera al negativo.
-
Se deja secar durante un tiempo que variará
según la humedad y la temperatura (calcúlese al menos una
hora).
-
Cuando esté totalmente seco, se corta en
tiras de seis fotogramas, introduciéndolas en un archivador de papel
vegetal o plástico similar a los que, a veces, emplean los comercios
para devolverlos al cliente.
POSITIVAR
Materiales necesarios para positivar en blanco
y negro
-
Un lugar con posibilidad de oscurecerse totalmente
con una mesa sólida y de tamaño suficiente para colo-car
los materiales que se describen.
-
Agua corriente.
-
Tres cubetas planas, de colores diferentes, para
revelado de copias fotográficas: una cubeta para el revelador, una
cubeta para el baño de paro y una cubeta para el fijador.
-
Tres pinzas fotográficas para manipular
las copias, preferentemente de colores diferentes, paara distinguirlas
entre sí y evitar equivocaciones.
-
Termómetro fotográfico.
-
Un reloj con segundero. Es muy útil
que sea digital, es decir, de los que presentan la información mediante
números.
-
Una luz roja de seguridad (al contrario que las
películas, los papeles fotográficos en blanco y negro no
son sensibles a algunas radiaciones luminosas, por ejemplo las rojas, por
lo que este tipo de luz puede emplearse en la fase de positivado, para
trabajar con más comodidad). Puede ser sustituida por una
bombilla roja común, siempre que tomemos la precaución de
colocar entre el casquillo y la ampolla de vidrio un poco de cinta aislante
negra, pues suelen presentar una pequeña zona transparente cuya
luz podría velar el papel fotográfico.
-
Una prensa de contactos para formato de negativos
24x36. Puede ser construida fácilmente por uno mismo (según
se describe en la Guía de Aprendizaje).
-
Una ampliadora fotográfica.
Es recomendable que tenga un cajetín portafiltros y que sea estable
y de construcción sólida.
-
Un objetivo de ampliación de 50 mm. de
distancia focal (para negativos de 35 mm. o paso universal). No es
demasiado importante que la apertura máxima de¡ diafragma
sea elevada (por ejemplo f/2'8). Los menos luminosos son mucho más
baratos. Podemos conformarnos con uno de apertura f/3'5 o f/4, que
cuesta la mitad que uno de apertura f/2'8 de características similares.
-
Un reloj temporizador para la ampliadora.
-
Un marginador para sujetar y encuadrar las fotografías.
Se puede prescindir de él si no se desean márgenes, sustituyéndolo
por una cartulina blanca pegada a la base de tablero, en caso de que éste
fuege de otro color.
-
Papel fotográfico. Se presenta en
diferentes tamaños (9x12, 13x18, 18x24, 2Ox25, 24x36, etc.), con
dife-rentes acabados (mate, semimate y brillo), en sobres de 10 o 25 hojas
o cajas, generalmente, de 100 hojas, en soporte de base de fibra o polietinizado,
también llamado RC y diferente grado de contras-te (normal, duro
y suave). Para las primeras experiencias se puede elegir un papel
con brillo, de gra-dación normal, tamaño mediano por ejemplo
13x18, en un sobre de 25 hojas. Es conveniente empe-zar con papel
polietinizado, ya que da menos problemas de lavado, secado y aplanamiento
tras el copiado que los de base de fibra, aunque estos últimos suelen
proporcionar mejores resultados, a pesar de sus mayores dificultades en
el tratamiento.
-
Revelador para papel (no es el mismo que el de
negativos), aunque en ocasiones se diga lo contrario. Baño de paro
y fijador (los mismos que para el tratamiento de negativos).
-
Tres recipientes para los líquidos.
Los mejores son las botellas de plástico oscuro con forma de fuelle;
en caso de necesidad se pueden emplear frascos de café soluble grandes.
-
Una probeta grande (1 litro) o una jarra medidora
de las empleadas en cocina.
-
Un barreño grande para el lavado de las
copias, en el caso de que el agua corriente no se encuentre en el mismo
cuarto donde se va a llevar a cabo el revelado.
-
Cuerda y pinzas para tender las copias.
EXPLICACIÓN DE LAS FASES DEL PROCESO
DE POSITIVADO EN BLANCO Y NEGRO
El negativo contiene una imagen cuyos valores
tonales están invertidos, las zonas luminosas son oscuras y las
zonas sombreadas aparecen casi transparentes, de ahí que se le denomine
negativo. El proceso de positivado consiste en restituir los valores
de luminosidad originales en la imagen. Se consigue copiándola
en otro soporte fotosensible: un papel fotográfico en blanco y negro.
El positivado se puede hacer de dos formas:
por contacto o por ampliación.
-
El positivado por contacto consiste en colocar
el negativo sobre un papel fotográfico, exponiendo a la luz el conjunto.
Al revelar el papel se vuelven a invertir los tonos. Con esta segunda
inversión se consigue reproducir las zonas más iluminadas
como claras y las menos iluminadas, como oscuras. Al positivar por
contacto, el negativo y el positivo tendrán el mismo tamaño.
Esta técnica se emplea para obtener las "hojas de contacto", que
son una copia positiva de los negativos para tener una idea rápida
de cómo han quedado las imágenes de un carrete. También
se suele emplear para obtener copias positivas de negativos de gran formato
(por ejemplo 13x18 o 18x 24).
-
El positivado por ampliación consiste en
proyectar el negativo sobre un papel fotosensible mediante una ampliadora
fotográfica. Al hacerlo así, se obtienen copias de
tamaño superior al del negativo original.
La ampliadora es un aparato que funciona
como un proyector. Está constituido por una fuente de luz
(habitualmente una bombilla opal), un portanegativos, un objetivo con diferentes
diafragmas, un sistema de enfoque, y un mecanismo para acercar o alejar
el negativo de la superficie donde este se proyecta.
Se deberá emplear una ampliadora adecuada
al formato de negativo que deseemos positivar, pero también un objetivo
específico cuya distancia focal coincida con la diagonal de la película.
Para el formato de paso uni-versal el objetivo ha de ser de 35 mm. de distancia
focal; para el formato 6x6 de 75 u 80 mrn.; para 6x9 de 105 mm. etc.
Al encender la luz esta pasa a través
deL negativo pro-yectándolo sobre el papel fotográfico y
se genera una imagen latente de modo similar a corno ocurría en
la toma de imágenes con la cámara. Las zonas más
claras del negativo producirán un ennegrecimiento mayor del papel
que las zonas más oscuras cuando lo revelemos, De este modo la imagen
sobre el papel presentará una relación tonal similar a la
realidad.
La exposición del papel fotográfico
depende de la cantidad de luz que llegue al mismo, incidiendo en ello varios
factores:
-
La duración del tiempo de exposición:
El papel registra la imagen fotográfica al ser afectado por la canti-dad
de luz que atraviesa el negativo. En esto su comportamiento es similar
al de la película fotográfi-ca. El tiempo de exposición
necesario varía en función de la luminosidad de la bombilla,
la densidad del negativo, el diafragma empleado, la distancia entre la
ampliadora y el papel fotográfico y la sen-sibilidad del papel.
La duración del tiempo de exposición se suele controlar mediante
la conexión de la ampliadora a un reloj temporizador. Se marca
en éste el tiempo deseado, y se enciende pulsando un interruptor.
Cuando ha transcurrido el tiempo fijado, la ampliadora se apaga automáticamente.
Para saber cuál es el tiempo adecuado, se hace la llamada "tira
de prueba". La tira de prueba consis-te en una serie de exposiciones,
con tiempos progresivos, sobre una misma hoja de papel. Tras reve-larla
se comprueba cuál es el tiempo que ha producido el resultado más
conveniente, para hacer la copia definitiva empleando el mismo.
-
La luminosidad de la bombilla empleada en la ampliadora:
Cuanto más potencia tenga la bombilla mayor cantidad de luz llegará
al papel pudiendo ser más corto el tiempo de exposición,
y viceversa.
-
La densidad del negativo: Un negativo debe tener
una cierta densidad para producir una imagen positiva aceptable.
Cuando el negativo está sobreexpuesto o sobrerevelado su densidad
aumenta, estará muy oscuro, volviéndose a veces casi opaco;
entonces la luz tendrá dificultades para atravesarlo y habrá
que aumentar mucho el tiempo de exposición, con lo que resultará
difícil positivarlo. Si el negativo está subexpuesto
o subre-velado la imagen será poco densa, muy débil.
El tiempo de exposición deberá ser muy corto. La debi-lidad
de la imagen hará que al positivarlo casi no presente detalles y
sus tonos apenas se diferencien.
-
El diafragma empleado: El negativo es proyectado
con ayuda de un objetivo similar al de la cámara. Su diferencia
con éste últi-mo es la carencia de aro de enfoque.
El enfoque se efectúa acercando o alejando el objetivo de¡
plano de la película, mediante un fuelle o sistema de tubos que
se halla en la misma ampliadora y se controla con una rótula, generalmente
al alcance de la mano izquierda. El objetivo posee diafragmas diferentes
con el fin de regular el paso de la luz hasta el papel. Si cerramos
el objetivo poco a poco, observaremos como la imagen se vuelve cada vez
más oscura. Como en el caso de la cámara, cada vez
que cerremos el objetivo un punto (por ejemplo, de f/4 a f/5´6) esto
supondrá el paso de la mitad de la luz hasta el papel, con lo que
debemos doblar el tiempo de exposición para que la cantidad efectiva
de luz que llegue hasta éste sea la misma. Por el mismo motivo,
si el diafragma se abriese un punto deberíamos dividir por dos el
tiempo de exposición. Para enfocar siempre se debe emplear la apertura
máxima de diafragma (el número más bajo), pues al
ser la imagen proyectada más luminosa la operación de enfoque
se facilitará. Para hacer tanto la tira de prueba como la ampliación
definitiva conviene emplear un diafragma interme-dio (por ejemplo f/8)
ya que no sólo nos dará mejor calidad, sino que aumentará
la profundidad de campo sobre el papel fotográfico, previniéndonos
así contra la posibilidad de obtener una copia desenfocada.
-
La distancia entre la ampliadora y el papel fotográfico:
La intensidad de la luz disminuye con la distancia. Cuanto más
distancia haya entre la ampliadora y el papel, menos luz llegará
al mismo. Es decir, para un mismo negativo, cuanto más se
amplíe, mayor habrá de ser el tiempo de exposición.
Esto tiene una aplicación práctica inmediata a poco que variemos
el tama-ño de la ampliación de una copia obtenida con un
tiempo y un diafragma 'X'; aunque mantengamos el día-fragma, el
tiempo será mayor o menor según elevemos o bajemos la ampliadora
para conseguir otro tama-ño. Esto nos llevará inevitablemente
a producir una nueva tira de prueba si queremos estar seguros de que el
resultado sea satisfactorio.
-
La sensibilidad del papel: Los papeles fotográficos,
como las películas, presentan una respuesta más lenta o rápida
a la luz que les llegue. Sin embargo, la sensibilidad de los papeles
no viene indicada en las cajas, lo que nos obliga a cal-cular el tiempo
de exposición correcto mediante la obtención de una tira
de prueba como quedó indicado más arriba. Las ampliadoras
no tienen fotómetros incorporados y, aunque existen, son caros y
han de ser calibrados previamente. El calibrado se efectúa
a partir de la obtención de una tira de prueba, para un tipo de
papel determinado y la ampliadora y bombilla empleadas. Todo ello
hace que su uso sea muy restringido, aún entre los profesionales.
Otra característica de los papeles
es su gradación. Se entiende por gradación la capacidad
de un papel para reproducir los tonos de gris comprendidos entre el blanco
y el negro. De la misma manera que la película no reproduce
las diferentes luminosidades presentes en un motivo fotográfico
tal como las percibe el ojo humano y ello lleva a hacer una medición
selectiva cuando existe demasiado contraste, el papel foto-gráfico
tiene dificultades para reproducir exactamente los diversos tonos que se
encuentran presentes en un negativo. Debido a ello y a que los negativos
puedan presentar un contraste suave, normal o duro, se fabrican papeles
preparados para sacarles un mejor partido en la ampliación.
El papel fotográfico en blanco y negro se presenta al menos en tres
gradaciones: normal, duro y suave. La gradación aparece índicada
en la caja o sobre con dichas denominaciones o mediante un número
del 1 al 4. El 1 corresponde al suave, el 2 al normal, el 3 al duro y el
4 al extraduro.
Cuanto más suave es un papel, más
cantidad de tonos diferentes es capaz de producir y viceversa.
-
El papel normal es el indicado para el positivado
de negativos que no presenten un grado de contraste exagerado entre luces
y sombras, es decir, para negativos "normales".
-
El papel suave se empleará cuando el contraste
entre las luces y sombras de¡ negativo sea algo exagerado, es decir,
cuando el negativo sea "duro".
-
El papel duro o extraduro nos permite obtener
mejores resultados de negativos cuyo grado de contraste sea pobre, es decir,
que no presente demasiadas diferencias entre luces y sombras.
Por otra parte nada impide emplearlos de
modo diferente al recomendado; por ejemplo, un papel extraduro con un negativo
duro producirá una imagen en la que prácticamente los tonos
se reduzcan al blanco y negro puros (similar a la del cartel de Ernesto
Che Guevara, que tan de moda estuvo en los años setenta).
Proceso de positivado en blanco y negro
El laboratorio fotográfico debe estar
dividido en dos zonas:
-
La zona seca: donde se ubicará la ampliadora,
el reloj temporizador y las cajas o sobres de papel.
-
La zona húmeda: donde estarán colocadas
las cubetas, los líquidos y demás accesorios que tengan que
entrar en contacto con los mismos.
No se debe mover ningún elemento
desde la zona húmeda hasta la reservada para la ampliadora,y hasta
nuestras manos deben estar bien secas cuando la manipulemos.
Disolvemos y preparamos los productos químicos:
revelador, paro y fijador, según las instrucciones del fabricante,
disponiéndolos en sus cubetas correspondientes (siempre la misma
para cada uno de ellos).
Antes de positivar las imágenes de
un carrete conviene hacer lo que se denomina "hoja de contactos", positivado
por contacto de todas las imágenes contenidas en el carrete.
Cómo hacer una hoja de contactos.
-
Se colocan los negativos, cortados en tiras de
seis imágenes, en una prensa de contactos. La cara brillante
hacia arriba en contacto con el cristal.
-
Se sitúa la prensa bajo la ampliadora y
se enciende la misma, subiéndola o bajándola hasta que la
luz abarque toda la superficie de la prensa.
-
Apagamos la ampliadora.
-
Apagamos la luz blanca y encendemos la roja de
seguridad.
-
Sacamos el papel fotográfico de¡
sobre y lo volvemos a cerrar; lo colocamos con la cara emulsio-nada (la
más brillante) hacia arriba para que esté en contacto con
el lado emulsionado de los negativos (en este caso el mate). El papel
debe tener el tamaño suficiente para que puedan impresio-narse todos
los negativos (entre 2Ox25 y 24x36, según el tipo de prensa empleado).
Cerramos la prensa de contactos.
-
Se coloca el tiempo de exposición adecuado
en el reloj temporizador. Antes de hacer la copia definitiva, se
hará una tira de prueba para determinar la exposición que
ha de recibir (véase el apartado correspondiente un poco más
adelante).
-
Con el filtro rojo de la ampliadora colocado ante
el objetivo, encendemos brevemente ésta para com-probar que el haz
de luz sigue cubriendo totalmente la prensa de contactos.
-
Quitamos el filtro rojo; exponemos el papel a
la luz de la ampliadora durante el tiempo seleccionado mediante el reloj.
-
Introducimos el papel en el revelador, agitando
suavemente y procurando empujarlo con las pinzas para que sea cubierto
totalmente por el líquido, evitando así un revelado irregular
que produciría manchas más y menos densas. Lo mantendremos
allí por un tiempo comprendido entre un minuto y medio y dos.
-
Lo sacaremos con las pinzas dejándolo caer
en la cubeta del baño de paro sin que las pinzas del revelador entren
en contacto con este último. Movemos la copia con las pinzas
del baño de paro. Se mantiene allí durante algo más
de medio minuto. Pasado el tiempo se saca con las pinzas dejándolo
caer en la cubeta del fijador.
-
Movemos la copia con las pinzas del fijador.
Se mantiene allí de tres a seis minutos. Pasado el tiempo
se saca con las pinzas del fijador y se introduce en agua para su lavado.
En este momento, si no hay otros papeles revelándose y el sobre
está bien cerrado, podemos encender la luz para evaluar la copia.
El lavado tendrá que proseguir al menos durante diez minutos.
-
Tras el lavado tendemos la copia para que se seque
y a partir de ella elegimos los negativos a positivar.
-
Si la exposición se efectúa con
un diafragma intermedio (por ejemplo f/8) el tiempo empleado nos servirá
de referencia para las imágenes que hayan salido bien positivadas
en los contactos, siempre que la ampliadora se mantenga a la misma altura
y con el mismo diafragma. Las imágenes que hayan salido demasiado
oscuras o claras no tienen porqué estar mal, simplemente estarán
más o menos densas al haber reci-bido mayor o menor exposición
que las otras; para positivarlas habrá que disminuir o aumentar
el tiempo de exposición promedío.
Cómo hacer una tira de prueba
-
Elegimos un fotograma y metemos la tira en el
portanegativos de la ampliadora.
-
Apagamos la luz blanca encendiendo la de seguridad.
-
Encendemos la ampliadora y la subimos hasta obtener
el tamaño deseado, moviendo la tira de negativos hasta que quede
bien centrado el fotograma elegido.
-
Con el diafragma del objetivo totalmente abierto,
accionamos el mando de enfoque de la ampliadora hasta que veamos la imagen
nítida.
-
Apagamos la ampliadora y colocamos el filtro rojo
ante el objetivo.
-
Sacamos una tira de papel fotográfico,
volviendo a cerrar el sobre, y encendiendo la ampliadora con el filtro
rojo puesto que colocamos en la zona más significativa, por ejemplo
el rostro en un retrato. Apagamos la ampliadora.
-
Colocamos el diafragma del objetivo en una apertura
intermedia (por ejemplo f/8), y marcamos en el reloj un tiempo de exposición
de un segundo.
-
Tapamos el papel con una cartulina negra, manteniéndolo
a una altura de un par de centímetros, sin rozarlo para que no se
mueva y dejando sin cubrir una zona de 1 cm. a nuestra izquierda.
-
Retiramos el filtro rojo y accionamos el reloj
temporizador. El papel recibe una exposición de un segundo
en la banda libre.
-
Retiramos la cartulina otro centímetro
a nuestra derecha, y accionamos el reloj nuevamente.El papel recibe una
exposición de 1 segundo en la nueva banda y se suma otro segundo
a la banda anterior.
-
Repetimos la operación varías veces
más. Sí se realiza seis veces, habremos obtenido una
tira de prueba en la que, de derecha a izquierda, habrá una serie
de bandas verticales de diferente densidad, que habrán recibido
1, 2, 3, 4, 5 y 6 segundos respectivamente.
-
Introducimos el papel en el revelador, agitándolo
suavemente y procurando empujarlo con las pinzas para que sea cubierto
totalmente por el líquido se evita así un revelado irregular
que produciría manchas más y menos densas. Lo mantendremos
allí durante un tiempo comprendido entre un minuto y medio y dos.
-
Sacaremos el papel con las pinzas dejándolo
caer en la cubeta del baño de paro sin que las pinzas del revelador
entren en contacto con este último. Movemos la copia con las
pinzas del baño de paro. Se mantiene allí durante algo
más de medio minuto. Pasado el tiempo se saca con las pinzas
dejándolo caer en la cubeta del fijador.
-
Movemos la copia con las pinzas del fijador.
Se mantiene allí de tres a seis minutos. Pasado el tiempo
se saca con las pinzas de¡ fijador y se introduce en agua para su
lavado. En este momento, si no hay otros papeles revelándose
y el sobre está bien cerrado, podemos encender la luz para evaluar
cuál es el tiempo más indicado para obtener un resultado
correcto.
-
Las bandas más oscuras son las que han
recibido una exposición mayor. Elegimos la que nos parezca
más adecuada. Supongamos que es la cuarta contando desde la
derecha. El tiempo de exposición será el resultado
de multiplicar el número de la banda por el tiempo de exposición,
en este caso 4xl= 4 segundos de exposición en total. Si queremos
que la tira de prueba se conserve, el lavado tendrá que proseguir
al menos durante diez minutos.
-
Una vez obtenida la tira de prueba se puede hacer
la ampliación definitiva, en la que habrá que res-petar la
misma altura de ampliadora y apertura de diafragma si queremos que los
resultados se mantengan. Además, en caso de que tengamos papeles
de diferente marca (no de gradación dentro de la misma marca) conviene
hacer la tira de prueba con un trozo del mismo tipo de papel que vayamos
a emplear para la ampliación, ya que pueden presentarse pequeñas,
aunque significativas, diferencias de sensibilidad entre papeles diversos.
Cómo hacer una ampliación
Tras hacer la tira de prueba y una vez elegido
el tiempo de exposición correcto:
-
Se coloca el negativo en el portanegativos de
la ampliadora. Con la cara brillante hacia arriba e invertido de
arriba abajo. Encendemos la ampliadora.
-
Centramos el fotograma en el portanegativos y
enfocamos a plena abertura accionando el mando correspondiente hasta que
se proyecte con nitidez. Una vez enfocado, colocamos el filtro rojo.
-
Se coloca el papel sobre la base de la ampliadora
o marginador, teniendo mucho cuidado con su orientación y la composición.
Para ello nos será de gran ayuda mantener encendida la ampliadora,
con el filtro rojo puesto, para que no se vele el papel.
-
Cerramos el diafragma hasta la abertura empleada
para determinar la tira de prueba. Apagamos la ampliadora, retiramos
el filtro rojo y colocamos el tiempo de exposición elegido en el
reloj temporizador.
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Pulsamos el reloj para dar la exposición.
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Retiramos el papel y lo sumergimos en los diversos
baños de revelado en el modo descrito más arriba. En el momento
en que se saque de¡ fijador se puede encender la luz para comprobar
los resultados, teniendo la precaución de comprobar que no haya
ninguna otra copia en las cubetas y que el sobre de papel se encuentre
bien cerrado.
-
Se lava en agua corriente durante unos diez minutos.Transcurrido
este tiempo se puede poner a secar en posición horizontal, con la
cara emulsionado hacia arriba, o se deposita sobre los azulejos de la pared,
si es que los hay, donde se adhiere fácilmente.
Recuerda:
-
El enfoque del negativo se realiza a la máxima
apertura de diafragma posible.
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La ampliación conviene que se realice con
un diafragma intermedio (por ejemplo f/8).
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Antes de hacer la ampliación definitiva
es necesario determinar el tiempo de exposición correcto efectuando
una tira de prueba.
-
Para cada negativo diferente, o cada vez que elevemos
o bajemos el cabezal de la ampliadora con respecto al tablero, se debe
repetir la tira de prueba..
-
Cada vez que se cierre punto el diafragma, duplíquese
el tiempo de exposición, y viceversa, cada vez que se abra un punto
hay que reducir el tiempo de exposición a la mitad.
RESULTADO DE POSITIVAR LOS DIFERENTES TIPOS
DE NEGATIVO SOBRE PAPELES DE DIVERSA GRADACIÓN
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NEGATIVO SUAVE (Presenta pocas diferencias entre
las zonas más y menos densas).
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PAPEL DURO: Resultado correcto.
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PAPEL NORMAL: Copias "sosas", pobres de tonos,
demasiado grises y sin fuerza visual.
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PAPEL SUAVE: Copias todavía más
pobres de tonos que las positivadas en papel normal.
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NEGATIVO NORMAL: (Presenta un equilibrio, sin
demasiada exageración, entre la densidad de las zonas oscuras e
iluminadas).
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PAPEL NORMAL: Resultado correcto.
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PAPEL SUAVE: Copias "sosas', pobres de tonos,
ción, entre la densidad de las zonas oscuras e demasiado grises
y sin fuerza visual.
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PAPEL DURO: Copias con escasez de tonos interme-dios,
con pérdida de detalles en las sombras medias y en las luces altas.
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NEGATIVO DURO: (Existen grandes diferencias de
densidad entre las zonas oscuras, muy transparentes en el negativo, y las
claras que aparecerán muy opacas.)
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PAPEL SUAVE: Resultado correcto.
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PAPEL NORMAL: Copias con escasez de grises intermedios
y pérdida de detalles en las sombras medias y en las luces altas.
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DURO: Copias con un contraste muy exagerado, presentando
muy pocos tonos diferencia-bles entre el blanco y el negro.